viernes, 30 de abril de 2010

Mi hijo tiene TDA-H. ¿Qué puedo hacer como padre?



El TDA-H es el trastorno de neurodesarrollo que en el campo de la salud mental, más a menudo se diagnostica, pero generalmente su diagnóstico tarda en detectarse en promedio 1.9 años, mientras que apenas 3 % de los pacientes recibe un tratamiento adecuado. Es una situación de inadaptación o desajuste a las exigencias del medio social a partir de una condición congénita y que al mismo tiempo se encuentra bajo la influencia del entorno social de referencia.



Desde el punto de vista cuantitativo, no es un problema de todo o nada, sino de grados y esto influye en las muy diversas formas en las que pueden expresarse los síntomas. Pueden aparecer diferentes perfiles dentro del mismo trastorno. Los síntomas aparecen en cualquier lugar, todos los días y en cualquier momento. Se caracteriza principalmente por una dificultad para mantener y regular la atención, y/o una actividad motora excesiva y un déficit de reflexibilidad.

El TDA-H se considera que no es una falta de capacidad, sino un desorden del desempeño. Es un trastorno sobre el “cómo hacer lo que se sabe” no sobre “el saber hacer”. No consiste en carecer de conocimientos o habilidades, sino carecer de las capacidades para organizar las actividades y llevarlas a feliz término.

Los niños y adolescentes con TDA-H tienen dificultades para beneficiarse de experiencias pasadas, no parecen ser capaces de esperar la gratificación y estar evaluando lo que les está pasando; tienen dificultad para regular las emociones, para crear y mantener la motivación, son menos capaces de usar el lenguaje para controlar su conducta y tienen dificultad para encontrar soluciones a sus problemas entre otros síntomas. Por lo mismo el medio ambiente, no es un invitado ocasional en este escenario, sino un participante activo y permanente, ya que los síntomas son variables y de aparición situacional, por lo que merecen una comprensión específica por parte del entorno.

Para los padres, siempre resulta una preocupación qué tan grave están presentándose los síntomas en su hijo. Deben entender que la gravedad de los síntomas, va a estar determinada por la magnitud en que estos impactan el desempeño en su vida cotidiana, en los diferentes ambientes: la familia, la escuela, el grupo de pares y la estabilidad personal. La familia y la escuela, son los ámbitos sociales que reciben el impacto cotidiano y los comportamientos sintomáticos del TDA-H en cualquier edad.

La familia constituye el primer entorno social de referencia en el que se desenvuelve el niño. Cumple un rol decisivo a la hora de diseñar formas de vivir, de lograr éxitos o sufrir fracasos, avanzar o desviarse del camino, desarrollar o inhibir el desarrollo. Debe tomar en cuenta que las formas tradicionales de educar y aprender, no siempre funcionan cuando un niño tiene TDA-H. El TDA-H no se controla a voluntad, ni porque le repitamos muchas veces al niño o adolescente que debe hacerlo. Deben aprender nuevos hábitos y requieren de la ayuda y el apoyo de sus padres.

¿Qué características debe tener esa ayuda? En principio la ayuda va a estar dirigida a la disminución de los síntomas. Es necesario diferenciar a la persona de sus comportamientos sintomáticos y de sus comportamientos inadecuados. Los padres deben acompañar a los hijos sin condición, ya que la naturaleza de los síntomas, hará que aún controlando el ambiente, persistan en cierta medida sus manifestaciones. Implica un ajuste continuo del tipo de ayudas, a las dificultades que se presentan y a los progresos que se van realizando en su desempeño conductual y se van retirando de forma progresiva a medida que el niño o adolescente va asumiendo una mejor autonomía y control sobre su conducta.

¿Cómo realizar este acompañamiento?

 Mantenga expectativas realistas: Ajuste sus expectativas. Negar los síntomas del TDA-H, no protege al niño de las dificultades en la escuela, el rechazo social y los problemas de conducta, solo le impide recibir la ayuda adecuada. Vean el problema del hijo como un reto hacia el crecimiento familiar y movilicen las redes de apoyo social, en casa y fuera de ella. Si bien es cierto que no pueden controlar el hecho de que tiene TDA-H, sí pueden controlar la manera como se manifiestan los síntomas y cuáles son las ayudas que su hijo necesita. Tener expectativas realistas hacen que no se esperen cambios unilaterales y de forma rápida y se mantenga un buen nivel de tolerancia ante sus dificultades.. Los cambios son graduales, dependen del esfuerzo de todos y se dan en áreas específicas, más que globales.

 Regulación del ambiente en casa: El estudiante con TDA-H precisa más estructura y organización, más frecuencia en las consecuencias positivas y mayor inmediatez de estas, más consistencia en las consecuencias negativas, reajustes especiales para el desarrollo de sus actividades. Aprender nuevos hábitos requiere de un orden en casa, rutinas claras, estructura, organización, asignación de responsabilidades y muy en especial modelamiento de las conductas por los padres y sistemas de referencia. Además resulta necesario el establecimiento de un sistema de consecuencias, tanto positivas como negativas. Pero sobre todo, consistencia y unidad de acción de los padres. El éxito del trabajo de la familia consiste en enfocar la mirada a las soluciones más que a los problemas, adoptando una actitud de cooperación. No perder de vista que la solución tiene que ver con las alianzas que se establezcan.

 Ayudar a los procesos de autorregulación: Proporcionar las consecuencias a la conducta de forma inmediata y con mayor frecuencia de lo habitual. Las consecuencias inmediatas, breves, consistentes, evidentes, parecen ser las más efectivas. Es necesario mantener las consecuencias negativas de forma proporcionadas a las positivas, aplicando un plazo razonable antes de utilizar las primeras. Ignore comportamientos menores. Su desequilibrio frente a las consecuencias positivas, hará que estas pierdan valor como refuerzo y que el niño se habitúe al castigo y deje de ser eficaz. Las consecuencias negativas deben acompañarse de la enseñanza y refuerzo de las conductas alternativas. Evitar aplicar los refuerzos negativos de forma encadenada creando de una situación de castigo un motivo más para un nuevo castigo. Cambiar los refuerzos con frecuencia, sobre todo los positivos, para que no pierdan efecto. Diseñar un menú rotatorio que permita su cambio de frecuencia sin agotar alternativas. La retirada de un refuerzo positivo suele ser más eficaz que la administración de una consecuencia negativa. Anticipación a la conducta del niño, recordarle periódicamente las normas y los objetivos y hacer que participe de esta repetición.

 Utilización de reforzamientos: Reforzar utilizando cosas tangibles, objetos, premios, etc. Recompensar permitiendo actividades, juegos, salidas, etc. Administrar reforzadores sociales y afectivos en forma de reconocimientos, abrazos, gestos positivo. Entrenar en la aplicación de autoreforzadores.

 Desarrollar habilidades sociales. La familia es un entorno social por excelencia y es donde se inicia el desarrollo de las habilidades sociales en el niño. Es necesario modelar y practicar las habilidades en casa: (mirar a la persona que habla, escuchar, ponerse en el lugar del otro, esperar turnos, tolerancia, dar y recibir ayuda, hacer cumplidos, no agredir, negociar. La familia debe reforzar el reforzar el diálogo y la participación de todos y con todos. Aprovechar todas las posibilidades de intercambios sociales y hacer al niño un participante activo en las diferentes formas de interacciones sociales.

 Enfocarse en sus áreas de competencias y talentos: Observe qué pueden hacer bien.Trate de que ellos identifiquen estas fortalezas. Nunca podrán trabajar para resolver sus dificultades sin conocer para qué son buenos. Refuerce esta idea ante la comunidad y el resto de la familia. Centre el trabajo en estas fortalezas para influir y modificar sus debilidades.

Los padres no deben olvidar, que cuando como familias nos sentimos solos en la labor educativa, ello nos puede llevar a la exclusión y/o la negación y cualquiera de estos sentimientos paralizan su acción en función de la ayuda a sus hijos. No deben perder de vista lo necesarias que resultan su presencia y su colaboración y también la importancia de su actitud en todo el proceso de ayuda.

Necesitamos convencer a todos los individuos y estamentos implicados en la educación y la salud mental, de la indiscutible realidad del TDA-H y de sus perjudiciales efectos sobre los individuos, su familia y la sociedad en general. El TDAH tiene carácter crónico, es variable y se manifiesta de diferente manera según la edad, por lo tanto habrá épocas buenas y malas. No se debe abandonar el tratamiento, se deberá revisar y ajustar a las necesidades de cada época.

Tu hijo necesita de ti, no olvides ser un “Adulto Carismático” para tu hijo. La premisa: Conocer el problema. Acompañar. No agotar opciones. Crear resistencias.

"Tips para enseñar a tus hijos a tener éxito escolar "


El caos es el peor enemigo del estudio: si tu hijo no sabe administrar su tiempo y sus materiales escolares, es probable que tampoco aprenda lo que le enseñan en el aula. Si quieres echarle una mano para que este año sea un éxito, lee estos consejos.


Organizarse paso a paso

Buscar libros a último momento, salir corriendo a comprar papel, hacer las tareas el domingo por la noche a las apuradas, faltar a clases: todos estos desórdenes son los peores enemigos del estudio de tu hijo. Por eso, enseñarle a que se organice antes del es fundamental para que saque buenas notas. De acuerdo con una encuesta encabezada por la especialista en educación Stacy DeBroff, presidenta y fundadora de un sitio de guía para madres, más de la mitad de los padres sienten que no pueden ayudar a sus hijos a organizarse para la escuela: se sienten superados por una tarea que, en realidad, es bastante simple. "Ahora es el momento perfecto para que los padres les enseñen a ser organizados para aprender", dice DeBroff. "Sólo hace falta un poco de preparación".
¿Qué no tienes tiempo? Pues no hace falta demasiado: después de tu trabajo puedes dedicar unos minutos a ayudar a los chicos. Sigue estos pasos y recuerda que lo que les enseñes ahora les quedará para toda su vida.:

Asegúrate de que tenga materiales escolares . Vete de compras con él y no olvides poner en la cesta un buen cúmulo de papel. Que tenga papel blanco y cuadernos para todo el año. Si sales corriendo a comprar cosas a mitad de clases, le estarás dando una imagen de caos que no te conviene.

Decora su habitación para que pueda estudiar. Una buena idea es que tenga su propio escritorio. En él debe haber un porta lápices, una pizarra y una resma de papel. Haz una estantería o biblioteca para que ponga y encuentre fácilmente sus libros. No dejes que los tenga tirados por las mesas o en la cama.

Explícale para qué sirven las pizarras. Dile que allí anotará todas las tareas pendientes que tenga para la semana.

Enséñale a priorizar: nunca dejes que llegue y se vaya a ver televisión o a jugar. Tiene que comprender que debe dedicarle la primera hora a las tareas, siempre en el mismo momento del día, así se libera para más tarde y puede hacer lo que quiera.

Asegúrate de que tenga los libros que necesita. Cuando llegue de la escuela, debe tener los textos escolares necesarios para estudiar. Pedirlos prestados a último momento sólo hará que tu niño perciba caos y falta de planificación.

Desarrolla un plan. Antes del regreso a clases habla con el maestro y arma un organigrama: te tomará solo una hora. Así podrás seguir de cerca sus tareas.
No lo atosigues, pero no lo dejes solo. Cuando comience a hacer tareas en el tiempo diario previsto, intenta estar cerca para que te pregunte lo que sea. Pero no estés encima. Debes dejar que tome confianza en sí mismo y que sepa que sólo puede resolver las cosas.

Quita el televisor de la habitación. Es importante que tu hijo sepa que hay un sitio para ver televisión y otro para estudiar. No pongas un aparato en su cuarto, ni permitas que haga tareas mientras mira programas.

No dejes todo librado a la tecnología. La computadora e Internet pueden servir para buscar contenidos, pero no dejes que saque todo de allí. Enséñale a buscar en libros, a marcar las páginas y a buscar en el papel. Esto lo ayudará a memorizar lo que estudia.

Pídele orden. Antes de que salga a jugar, dile que debe dejar ordenados los materiales. Los libros en la biblioteca, el papel en el escritorio y los lápices guardados. Debe sentir que terminó completamente la tarea antes de pasar a otra cosa.

Hazle de rutinas. La rutina puede parecer aburrida, pero en la educación hace maravillas. No hagas planes durante la semana que alteren su ritmo de estudio. Ya verás que si tiene una rutina, con media hora diaria estará completamente al día con las tareas.

Si quieres que él se ordene, no se lo digas con mala cara: la regla número uno para que un chico encare bien el estudio es que lo haga con alegría. "Mi consejo número uno para los padres es ser positivos", dice Ron Clark, maestro, fundador de una academia de estudios y autor de varios libros sobre educación.

No tenemos que olvidar que nosotros somos los que damos el ánimo con el que retomarán las clases", afirma Clark. Por eso, no te lo tomes como una tarea maratónica. Más bien, llévalo a comprar los materiales y enséñale a ordenarlos como si se tratara de un juego. Déjalo que elija, que se entusiasme con los cuadernos, que te pida. Es importante que te comprometas con su estudio. No vayas a la escuela cinco minutos antes, o sólo cuando te llaman a reuniones, porque entonces no sabrás si tu hijo está cumpliendo con el plan anual. Una buena idea es ir a hablar con los maestros para saber qué les enseñarán de aquí a fin de año: si toca la Guerra Civil, alquílale películas sobre el tema, si le explicarán las fracciones, inventa algún juego con el que pueda practicarlas. Según Clark, puede que el maestro no te guste, pero nunca debes hablar mal de él delante de tu hijo, porque entonces no se tomará el estudio en serio. "Si hablas mal, tu hijo no lo respetará y la situación se tornará cada vez peor", explica. Además de inculcarle alegría y respeto por el maestro como primeros pasos, tienes que lograr que el niño comprenda que la educación es su compromiso principal. Nunca lo dejes ausentarse o hagas que falte para otras citas como cortarse el pelo o ir a visitar a algún pariente. "Si haces eso",

jueves, 29 de abril de 2010

Apoyo psicopedagogico y reforzamiento escolar.


¿Por qué esperar un mal rendimiento para darles apoyo pedagógico?

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